la influencia del voto negativo y los ausentes

Se sabe, el domingo 3 de junio no votó el 30% del padrón de capital. La mitad de los ausentes corresponden al universo de ausentes estructurales, producto de deterioro administrativo en la confección de padrones (fallecidos que se mantienen en la nómina, aquellos que han mudado su domicilio pero permanecen en el padrón electoral de la ciudad, etc). Los cálculos históricos ubican en un 15% este ausentismo estructural sostenido en causales administrativas. Una cifra similar del 15% del padrón de electores hábiles corresponde a electores ausentes que no concurren por una toma de decisión personal con respecto a la oferta electoral del distrito a la que probablemente juzgan insatisfactoria. En esta segunda vuelta electoral se estima que esta cifra de ausentes se mantendrá constante o con leves subas, pero se espera un aumento en el voto negativo, bajo las tres categorías en que se expresa: blancos, nulos , impugnados. Estas cuatro opciones sumadas (incluída el ausentismo) se aproximan según todos los estudios preliminares a transitar una franja que va entre el 7% y el 10%. Esto supondrá un estrechamiento de la base de cálculo de votos positivos por el cual, si se produjera por ejemplo un 10% de reducción de la base, automáticamente Mauricio Macri, manteniendo los votos de primera vuelta que supusieron - con la base ampliada- el 45,62% de los votos, se instalará con la nueva base reducida, por sobre el 50% d elos votos positivos y automáticamente obtendría obtenido el triunfo. La conclusión evidente entonces es que el estrechamiento de la base de cálculo de voto positivo por el aumento de los sufragios negativos o el ausentamiento de electores por sobre los niveles de primera vuelta benefician a la fórmula PRO. Sin embargo, una segunda lectura política también muestra que con un estrechamiento del 10% de la base de cálculo del voto positivo, a la fórmula Filmus-Heller le bastará adicionar solamente 13 puntos de votos positivos a los obtenidos en primera vuelta para acceder a superar el 40% que es la meta política central del gobierno nacional. Por lo tanto en Ramble pensamos que el estrechamiento de la base de cálculo de votos positivos por el aumento del ausentismo, el voto en blanco, impugnado y anulado supondrá un beneficio matemático a la fórmula PRO que superará su techo de votos positivos y sellará un triunfo ya irreversible. En sentido contrario el voto en blanco, ausente, impugnado y anulado aumenta exponecialmente la probabilidad de que la fórmula que respalda Pierre se ubique con cierta comodidad por sobre el 40% de los votos positivos, situación que cambia drásticamente la lectura política del resultado de la elección porteña, que para el buenazo de Nodoyuna, como imaginarán , es lo único que cuenta.