11/21/2006

AMAMOS TANTO AL FÚTBOL

"El fanático es el hincha en el manicomio. La manía de negar la evidencia ha terminado por echar a pique a la razón y a cuanta cosa se le parezca, y a la deriva navegan los restos del naufragio en estas aguas hirvientes, siempre alborotadas por la furia sin tregua. El fanático llega al estadio envuelto en la bandera del club, la cara pintada con los colores de la adorada camiseta, erizado de objetos estridentes y contundentes, y ya por el camino viene armando mucho ruido y mucho lío. Nunca viene solo. Metido en la barra brava, peligroso ciempiés, el humillado se hace humillante y da miedo el miedoso. La omnipotencia del domingo conjura la vida obediente del resto de la semana, la cama sin deseo, el empleo sin vocación o el ningún empleo: liberado por un día, el fanático tiene mucho que vengar. En estado de epilepsia mira el partido, pero no lo ve. Lo suyo es la tribuna. Ahí está su campo de batalla. La sola existencia del hincha del otro club constituye una provocación inadmisible. El Bien no es violento, pero el Mal lo obliga. El enemigo, siempre culpable, merece que le retuerzan el pescuezo. El fanático no puede distraerse, porque el enemigo acecha por todas partes. También está dentro del espectador callado, que en cualquier momento puede llegar a opinar que el rival está jugando correctamente, y entonces tendrá su merecido". Eduardo Galeano

1 comentario:

Anónimo dijo...

Artemio, vos que tenes las posibilidades técnicas, porque no pones un fragmento de
“El Hincha” de Discepolin.
Específicamente el dialogo entre Marcos Zuker y Discepolo, donde Marcos le explica
por que se comporta como un “desorbitado” en la cancha siendo un Hombre Bueno.
A pesar de tener más de 50 años es una pintura magistral del fútbol como necesidad social.
Un abrazo
manolo

PD A portarse bien en la vuelta olímpica, no sea que le quiten los puntos.