3/12/2020

tres cisnes negros



Por Dr. Daniel García Delgado

Las noticias asociadas al “lunes negro” de esta semana no son de poca monta, y en alguna medida hacen aún mas difícil el escenario con que se inició el nuevo gobierno de Alberto Fernández, que ya era de por sí difícil e inquietante por el endeudamiento heredado y la necesidad de una reestrucutración de una deuda con el FMI y fondos privados.

Tres elementos agravan esta situación, o elevan las olas que debe enfrentar el Gobierno Nacional en este contexto
  • La baja del precio del petróleo afecta las expectativas sobre Vaca Muerta, de inversión y de tener dólares para pagar la deuda externa, dado que el valor del fracking por barril cercando al 50 dólares está lejos del precio al que ha quedado el barril de crudo convencional en esta suerte de dumping que ha generado Arabia Saudita impactando a todos los países petroleros con más costos que los país del Golfo Pérsico, particularmente a los emergentes.
  • Esto afectó también la caída de las bolsas mundiales, promoviendo un ‘vuelo hacia la calidad’, caída de las bolsas de los papeles de empresas y temor a una recesión similar a la del 2008. La devaluación de todas las monedas y la del real en particular, impacta también en el tipo de cambio real que debemos mantener con ese país para no ser inundados por sus importaciones. Esto influye particularmente sobre la negociación de la reestructuración de la deuda, pero en un sentido incierto de cómo reaccionarán los fondos privados a esa caída de precios: O si lo hace apetecible para el ingreso de fondos buitres, o si por el contrario, es el momento ideal para reestructurar la deuda, ya que la baja de las paridades de los bonos va a llevar a acelerar el proceso por el cual los bonistas deben aceptar las condiciones de Argentina.
  • Por último la pandemia del corona virus, afecta las economías de todos los países, a China en principio y todas más afectadas del mundo, tiende a reducir sus intercambios comerciales, turismo, producciones, hacia una recesión parecida a la del 2008. Esta semana, tanto el ministro de Salud, Ginés González García, como el propio Presidente coincidieron al decir que esperaban que este nuevo coronavirus llegara a la Argentina con el frío, tal como se desempeñaron las distintas epidemias de gripe que afectaron a la población mundial en los últimos 10 años. Sin embargo, los enfermos empezaron a llegar casi todos de Europa y por avión, acelerando la necesidad de medidas más restrictivas en materia de prevención y contención. Un impacto que también llego a la reestructuración porque incluso se especuló que el anuncio de la oferta de reestructurar casi 70 mil millones se hiciera por videoconferencia para evitar posibles contagios entre quienes pudieran asistir al acto.

Por si esto fuera poco, a la negociación externa se le agregó el lockout patronal declarado por la Mesa de Enlace cuya motivación latente de limitar la comercialización es apalancar la fuerza de los acreedores externos en la crucial negociación que se realiza precisamente en estos días. Debilitar la posición del país en favor del sector financiero especulativo y concentrado del campo tanto de dueños locales como extranjeros.

En este escenario es donde el Gobierno debe mantener el rumbo en mar gruesa. Como señala A.F.: debe “Privilegiar la situación de los que están peor y resolver el problema de la deuda sin posponer el desarrollo argentino”. Es decir actuar tanto en la defensa del mercado interno, generar acuerdos y controles de precios más estrictos, mantener la política sobre los sectores más vulnerables, replantear negociaciones con petroleras, y tal vez poner atención sobre otras recursos naturales que puedan compensar esta menor inversión en el fracking y alentar orientaciones estratégicas para un nuevo modelo de desarrollo.

Timón firme, serenidad y ampliar consensos para sobrellevar con la mayoría de los sectores del país la situación difícil dejada por el gobierno de Macri y agravada por estos tres cisnes negros: el dumping del petróleo, la pandemia global y la caída de las bolsas. Donde el gobierno les ofrecerá a los fondos un canje que seguramente incluirá una quita en el capital y un nuevo cronograma de devolución de intereses y de la amortización. Y la firmeza en la negociación externa es importante, no solo para salir del abismo dejado y empezar un camino de desarrollo, sino porque la estrategia de la oposición está vinculada precisamente a desgastar al Gobierno en su capacidad de gestionar estos problemas, como si el Ministro de Salud y Alberto Fernández fueran responsables de la pandemia global o de los nuevos problemas de la economía global que trae el aumento del petróleo o la caída de las bolsas. 

Ello va asociado a un posicionamiento salvaje de la oposición, tanto en lo legislativo (no prestar quórum para legislar sobre jubilaciones de privilegio); como en lo sectorial agrario, lock out patronal sojero de intencionalidad política;, como también en lo comunicacional, sobredimensionado temores de la sociedad, y atacando al Gobierno en lo económico por parte de periodistas orgánicos al establishment como si estos últimos no hubieran legitimado los cuatro años de vaciamiento del Estado y del endeudamiento exponencial que tiene el país.

Por eso, mantener el rumbo de una negociación con el Fondo y los fondos privados con convicciones y con una ética de responsabilidad en favor de todos y todas, es importante, sobre todo en estos momentos de fase final en la negociación de reestructuración de la deuda, ante la aparición inesperada de los tres cisnes negros, y la orientación predominante en la oposición. Se trata de mantener el rumbo en mar gruesa.

No hay comentarios.: