12/10/2020

sobre la doctrina de la seguridad nacional



Introducción orientativa para la lectura del “Diario de Campaña del General Acdel Vilas”

Guillermo Martín Caviasca
UBA/UNLP


El escrito que presentamos, conocido como “Diario de Campaña” del General Acdel Vilas es uno de los materiales exponentes más claros y transparentes de la puesta en práctica de la Doctrina de Seguridad Nacional en el plano de la lucha contra una unidad guerrillera rural típica. Es en este sentido único, ya que la guerra contrarrevolucionaria en nuestro país fue desarrollada en forma clandestina contra una guerrilla que era mayoritariamente grupos comandos urbanos y contra los grupos políticos y sociales que expresaban ideas de país que abarcaban desde el socialismo más “duro” a cualquier alternativa al alineamiento político-ideológico-económico estratégico con occidente noratlántico.

El Diario es un amplio trabajo que debe ser leído discriminando (o comprendiendo la diferencia entre) lo que son informes, balances personales y documentos, que el general Vilas agrupó en un solo texto, inédito, para dar la visión sobre su participación en la guerra contrarevolucionaria que se desarrolló en Tucumán denominada como “Operativo Independencia”. Usamos la categoría “Guerra contrarrevolucionaria” porque creemos que es la mas clara, y que sirve para entender mejor la “Guerra civil” de baja intensidad o diluida con picos armados, que se vivió en nuestro país a medida que avanzaron los años desde 1955. A lo largo de la década de 1960 las ideas de “revolución”, “contrarrevolución”, “guerra revolucionaria”, “lucha armada”, “seguridad y desarrollo”, “seguridad nacional”, etc., comienzan a instalarse en nuestro país sobre el sustrato y encuadre que brinda la proscripción del peronismo y la inestabilidad político económica que configuran una situación de crisis de hegemonía prolongada. 

En el ambiente militar esta doctrina, bajo su denominación francesa de “guerra contrarrevolucionaria”, es la piedra angular de toda la experiencia nacional. Ya el Coronel Alberto Díaz Hamilton[1] jefe de inteligencia a principios de la década de 1960 (y militante antiperonista) exponía los primeros despliegues de la doctrina francesa durante la aplicación del Plan CONINTES durante el gobierno de Frondizi[2], en su lucha contra la resistencia obrera y peronista, los primeros embriones de guerrillas y las fuerzas del General Iñiguez[3] parte de ese proceso. Por lo tanto, es correcto encuadrar el Operativo, como un eslabón final de un largo proceso de instalación de esa doctrina en el seno de las FFAA, y la sociedad en general. 

El Diario además nos permite introducirnos en la guerra de las guerrillas en Tucumán. Teniendo en cuenta que la instalación de una fuerza insurgente en el monte era un proyecto central en el PRT y que definía parte de su identidad. Siempre teniendo en cuenta que la fuente es la del ejército, con la subjetividad que tiene cualquier parcialidad cuando aborda a su enemigo, y especialmente en el caso de Vilas sujeto con un objetivo político-personal claro. Pero el estudio sistemático de la guerrilla rural y la lucha contra ella desde un plano que articule la historia de Tucumán, como la estructura de la provincia, con lo político y lo estrictamente militar está aún por ser realizado. O sea es necesario un abordaje desde la historia militar y la historia social de la guerra. 

Si bien el Diario es una fuente, disponible para ser leída, interpretada y estudiada, requiere ciertas aclaraciones. Para personas con conocimientos profundos del periodo, es probable que esta introducción no sea necesaria, pero para un público un poco mas amplio creo que se requieren precisiones y encuadre histórico. El General Vilas codujo el operativo Independencia durante 1975, fue la mas importante experiencia de guerra contrarrevolucionaria, y lo hizo durante el periodo mas destacado de ésta. Quizás se sorprenda alguien con esta afirmación, ya que es durante un gobierno constitucional y no durante el “Proceso” que remite el escrito de Vilas. 

Sin embargo, es durante este año 1975 que la lucha militar entre la “Compañía de Monte” del Ejercito Revolucionario del Pueblo y la V Brigada de Montaña del Ejército argentino se desarrolla en Tucumán. Y es la única experiencia destacable[4] de enfrentamiento de este tipo: entre una fuerza guerrillera en el terreno y una fuerza militar clásica. Y, para el tiempo del golpe de estado, la guerrilla rural, derrotada, se había replegado y estaba en etapa de desmovilización volviendo a las ciudades. 

La instalación de la Compañía de Monte en Tucumán es algo diferente al resto del despliegue guerrillero en el resto del país. Si bien el ERP atacó desde febrero de 1973 hasta diciembre de 1975[5] siete guarniciones militares, todas estas operaciones eran golpes de mano, que debían sorprender el enemigo con pocos efectivos en el cuartel, desorganizarlo, tomar armas y equipos, y retirarse raudamente evitando el contraataque de fuerzas organizadas. O sea que los ataques a cuarteles no aspiraban al control del cuartel, ni a su destrucción, ni de la unidad militar, ni a establecer un control de la zona, ni al establecimiento de una unidad guerrillera permanente en la zona. El objetivo era, en lo militar, conseguir armase, propagandizarse, e ir fogueando al ERP. Y en lo político, ir desmoralizando a las fuerzas del estado, golpear políticamente al gobierno y mostrarse ante la población como una fuerza poderosa para atraer respeto y simpatía, y con ellos posibles combatientes y apoyo. 

Montoneros[6] fue diferente, sus fuerzas más numerosas sin dudas, no tuvieron una doctrina similar, no construyeron una fuerza rural, ni desarrollaron una doctrina de ataque a cuarteles (aunque realzaron un ataque en Formosa, este parece más bien una necesidad de propaganda política para no ser menos que el ERP). Sus acciones fueron siempre de comandos en algunas etapas apoyadas por lo que llamaban “miliciadas” o sea el despliegue de militantes levemente armados para realzar actividades de agitación popular en las ciudades. Y por sobre esto, atentados contra enemigos destacados en forma de operaciones comando o con explosivos, planificadas, rápidas y precisas. Montoneros apostaba a establecer/construir el “poder popular” a través de las Organizaciones libres del pueblo[7], que de hecho habían tenido una gran influencia de la organización a través de organizaciones de masas muy amplias. 

El objetivo de la Compañía de Monte era completamente distinto a los ataques a cuarteles, en todo caso complementario. El ERP en el monte tucumano debía establecerse en forma permanente, controlar un territorio, que en proyección podía extenderse al control de una zona densamente poblada y productiva de una provincia importante en el centro del país, que a sui vez controlaba las comunicaciones más importantes con otras provincias de la zona. O sea que, si bien en lo táctico podía ser una serie de acciones de golpear y escapar, en lo operacional y estratégico implicaba una guerra permanente con el ejercito por el control territorial y la presencia de formaciones militares estables. En proyección la Compañía debía “liberar”[8] una zona, o sea establecer una zona donde las fuerzas armadas y policiales del estado no pudiera entrar, y mostrar la existencia de un embrión de doble poder de alcance nacional. Para poder tener un santuario y un lugar donde establecerse sin las condiciones riesgosas de la clandestinidad urbana. 

En este sentido debemos destacar que la estrategia de toma del poder del PRT no pasaba por derrotar al Ejercito en Tucumán ni en ningún otro lado en campo abierto, como en Cuba, China, Vietnam etc. O, al menos eso no era lo teorizado, por la organización. En su importante trabajo Poder burgués, poder revolucionario, Santucho indicaba que la toma del poder por los revolucionarios en argentina se realizaría a través de una estrategia que se llamaba de “Doble poder”. Cuyo despliegue era urbano, territorial y que se basaba en el control de las Organizaciones libres del pueblo (comisiones barriales, clubes, sindicatos, comisiones internas, centros de estudiantes, asociaciones populares de todo tipo) por los revolucionarios y a través de ellas establecer un control de facto del territorio, fabricas, etc. paralelo al estado. Lo militar era de apoyo. Y que recién en una situación de “cordobazos” el levantamiento popular debía transformarse en insurrección y control, permanente de una ciudad con el apoyo de las unidades militares del ERP y la jefatura política de un Frente de liberación. La zona liberada en Tucumán solo debía oficiar de retaguardia o santuario, de la revolución[9].

Es de esta forma que solo en Tucumán, y con el ERP, se dio un enfrentamiento militar con operaciones clásicas, al menos clásicas en lo que a lucha de guerrilla y contraguerrilla se refiere. También existieron en Tucumán represión clandestina, detenciones, secuestros y desapariciones; claro, es parte de la doctrina en “Guerra contrarrevolucionaria”, y de este accionar da cuenta la amplia mayoría de los desaparecidos. Pero hay combates entre unidades en el terreno. Más allá de operaciones comando, ataques con explosivos, ejecuciones, secuestros, torturas y nuevos secuestros, ataques sorpresa contra cuarteles y las fuerzas represivas que actúan masivamente con la consigna de “noche y niebla”, que fue la situación general de todo el país. 

Es necesario aclarar la organización del escrito de Vilas abarca una interpretación personal de la guerrilla y de toda la lucha político social considerada “subversiva” por la doctrina vigente en esa época. Expresa primero una explicación y análisis de los antecedentes desde su punto de vista. Luego presenta el “Diario” propiamente dicho, que es una recopilación y descripción en tono de parte militar de las operaciones, campañas e informes de inteligencia de su periodo de actuación. La transcripción de las directivas de la jefatura del ejército y, posteriormente, una lista pormenorizada de combates y muertos en combate. Y finalmente otro “Diario” que es un nuevo análisis personal e informe de su actuación en la represión en Bahía Blanca y la zona de influencia del V Cuerpo de ejército. A esos escritos que Vilas agrupó, nosotros le agregamos una entrevista no publicada hecha en 1983, que ayuda a completar la comprensión de su pensamiento y personalidad...

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