Por Artemio López
El “flash” del ex
senador - presidente (MC) Eduardo Duhalde, advirtiendo sobre la inminencia de
un golpe de Estado, sorprendió, pero no tanto.
Existe un “estado de
ánimo” particular que recorre a la oposición que como sabemos no se expresa solo
ni principalmente en la coalición Juntos por el Cambio.
En efecto cuando pierde
elecciones la derecha conservadora argenta se repliega en los aparatos de medios y judicial, como garantía de continuidad de sus intereses, sus
exigencias y su confrontación con el proyecto popular - democrático
electoralmente triunfante.
Esta contradicción
entre proyectos antagónicos está siempre sobredeterminada y hoy la
contradicción dominante se instala en aparato judicial asociado a los medios de
difusión opositores, subordinado a los cuales se ordena y organiza la oposición
política, nucleada fundamentalmente en la coalición de derecha conservadora Juntos
por el Cambio.
De los aparatos judicial
y de medios surge la “línea” de la oposición que, aunque no tiene
“intelectuales orgánicos” activos que construyan su discurso e impulsen su
práctica, tiene jueces y periodistas que cumplen esa estratégica función.
Descripto brevemente
este escenario combinado de oposición - aparato judicial, de medios y coalición
política-, volvamos a lo sugerido por Duhalde. En una perspectiva
conceptualmente ampliada un golpe de Estado (calco del francés coup d'État) es la toma del poder político de un modo repentino por parte de un
grupo de poder , vulnerando las normas de
sucesión en el poder vigente con anterioridad.
Como vemos, de ninguna
manera el coup d’Etat se reduce a una asonada militar. El fragote puede
asumir diversas formas, incluso la de un formato aparentemente “constitucional”,
vía acefalía u otros recursos bastante habituales en la región.(1)
Para darle consistencia
a la percepción de inminencia del sentido ampliado de la noción de golpe de
Estado, la oposición inscribe ahora mismo páginas memorables. Por ejemplo, el
reaparecido radical Ernesto Sanz, advertía la semana pasada que en apenas ocho
meses de gobierno la oposición ya le estaba “soplando la nuca” al
peronismo gobernante al tiempo que se preguntaba “¿Cuánto tiempo demora esto en explotar?”
La peronista Patricia
Bullrich tras finalizar la marcha del 17 A, advertía que ellos ya “están
preparados para gobernar” y en el mismo sentido el liberal Ricardo López
Murphy sugería “Lo de ayer fue un aviso.Si no prestan atención a los vientos, tendrán tempestades”.
Replica así la
oposición todo lo dicho por el “periodismo de guerra” (Julio Blanck
dixit) de los medios opositores (la mayoría), los que descargan sus anatemas contra
toda medida desplegada por el gobierno, editorializando también las protestas
en la calle, a las que – ¡ay! - con su editado intentan asignar “efecto
multitud”, aunque se trate en rigor de concurrencias módicas.
Por otra parte, un
segmento del poder judicial, del que no se excluye parte de la CSJN, despliega
su batería contraria a las demandas oficialistas condensadas en su proyecto de
“Reforma judicial”, preservando sus intereses corporativos bajo la invocación
de una supuesta transparencia que solo ellos observan.
En este escenario de
enfrentamiento frontal a través del trípode judicial- mediático-político,
la oposición asume posiciones abiertamente destituyentes, atacando con furia a
un gobierno que lleva apenas nueve meses de gestión en medio de una pandemia
inédita en la historia reciente.
En el sentido que damos
en este artículo la advertencia de Eduardo Duhalde gana consistencia: No hay
asonada militar disponible en la Argentina, pero sí se están creando las
condiciones necesarias para un golpe en sentido ampliado, un coup d’Etat
con fachada institucional.
La estrategia elegida
para esta etapa de preparación golpista es la archi conocida teoría del “doble
comando” o “doble agenda”, donde la autoridad presidencial quedaría lesionada,
al ser construida por los “periodistas de guerra” apenas como una réplica
grosera de los deseos de la vicepresidenta.
Disuelta la autoridad
presidencial y como la historia reciente lo demuestra, se abre una coyuntura
política incierta, donde cualquier aventura golpista está disponible,
incluso con fachada institucional alterando la línea sucesoria natural.
Un verdadero coup
d’Etat como el que nos advirtiera Eduardo Duhalde, quien, por cierto, de golpes
institucionales sabe bastante.
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¿y las nuevas derechas?, las generacionales, la que manifiestan miles de jóvenes que no del día a la noche descreen de la política
ResponderBorrarLas llamadas "nuevas derechas" son tan recalcitrantes como las viejas. Es un pseudoprogresismo de derecha, que se vende como algo blando y desestructurado, pero es tan facho como el mismo videla.
BorrarCarlos Pagni en La Nacion y Biblita----lo patetico fue ver al Marginal Moreno desbarrando en el mismo sentido...
ResponderBorrarMagnífico y sencillo análisis, Artemio.
ResponderBorrarY cuando dice :
" Existe un “estado de ánimo” particular que recorre a la oposición que como sabemos no se expresa solo ni principalmente en la coalición Juntos por el Cambio." ,
... me recordó ésta entrevista a la mano derecha de R an d azz o, expresando decepciones varias hace un par de días ...
Parece que el malestar opera en toda la geografía, coordinadamente incluso a niveles municipales.
https:// d e c h i v i l c o y.com.ar/franetovich-estamos-todos-decepcionados-porque-nos-vendieron-el-cuento-del-tio-a-toda-la-sociedad/?unapproved=19417&moderation-hash=338995bf16319bf1aa10f24b2cd209aa#comment-19417
Si bien lo banco a Moreno, anda medio... Habría que calmarlo un poco
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