En todas las naciones se está arribando a la misma certeza: lo peor ya pasó y ya se observan claros indicios de recuperación económica. Nuestro país no es ajeno a esos indicadores positivos.
Por Julián Zícari
La pandemia que sufre el mundo producto del Covid-19 hizo estragos en el terreno económico. Todas las naciones del planeta padecieron duros impactos por ello, tanto en términos de costos humanos como en el deterioro de su economía. No obstante eso, en todas las naciones se está arribando a la misma certeza: lo peor ya pasó y ya se observan claros indicios de recuperación económica. Indicios de los cuales nuestro país no es ajeno, sino que también comparte.
En efecto, nuestro país progresivamente empieza a mostrar señales alentadoras que confirman las mejoras económicas y parecen volver inobjetable la certeza de que el país dejó atrás su peor momento económico. Pues como dice el dicho, siempre se está más oscuro antes de amanecer. Analicemos entonces las diferentes variables que nos permiten asegurar que la economía se está recuperando a muy buen ritmo.
1- La actividad económica rebotó por tercer mes consecutivo
Hasta ahora todos los indicadores económicos parecer acordar en un punto: el piso del derrumbe económico se tocó en el mes de abril. No obstante ello, desde ese momento a la actualidad el rebote el económico ha crecido a paso firme.
Si seguimos la serie de datos ofrecida por el Ministerio de Economía, notaremos que entre febrero y abril el índice pasó de 135 a 100, sin embargo, ya en junio el mismo observaba una recuperación en V, al haber rebotado un 18%. Según algunas consultoras privadas ese número se ubicaría en el 125 en julio y arriba de 130 en agosto. Es decir, prácticamente los mismos niveles previos a la irrupción de la pandemia. Aquí entonces, vemos que la recuperación no podría ser más clara.
2- La bolsa ya está en niveles más altos a la pre-pandemia
Un indicador económico importante para notar en qué momento del ciclo se encuentra una economía es analizar la tendencia de su sector financiero, ya que al ser el más líquido es el que mejor puede anticipar los movimientos futuros del resto de las variables.
En la Argentina el indicador bursátil más representativo es el índice Merval, el cual nos muestra claramente que lo más duro del pánico financiero fue sobre fines de marzo cuando llegó a valores cercanos a los 22.000 puntos. Sin embargo, hoy en día su nivel es más del doble, ubicado en torno a los 50.000, ya superando los valores pre-pandemia en un 25%, al haberse ubicado estos en un promedio de 40.000 puntos. Además, para completar el panorama alentador, debemos decir que a nivel financiero el futuro luce cada vez más positivo: al acuerdo de deuda con los acreedores externos se sumará un gran acuerdo con los acreedores locales el mes próximo, con el Banco Mundial, el BID, el Club de París y posteriormente con el FMI. Sin contar con que las acciones de las empresas argentinas están en precios bajísimos, por lo cual todavía tienen mucho terreno para avanzar. La Bolsa entonces estará de fiesta durante varios meses más.
3- La brecha fiscal se está achicando
Uno de los puntos más alarmantes e insostenibles de la dinámica económica que impuso la pandemia fue la fiscal. En este caso, la necesidad de gastos por parte del Gobierno para amortiguar el impacto negativo del coronavirus hizo crecer desbocadamente las erogaciones públicas (prácticamente se duplicaron), ya sea para pagar el IFE, los ATP, las asistencias a las provincias y demás herramientas económicas. A su vez, al enorme aumento del gasto fiscal se sumó algo peor: los ingresos tributarios se desmoronaron en abril, producto de la caída económica antes repasada.
Más allá de la calamitosa situación inicial, la secuencia comienza a señalar ahora otra dinámica, en la cual los ingresos del Estado empiezan nuevamente a crecer mientras que los gastos comienzan a bajar. Es decir, la brecha fiscal demuestra estar achicándose a paso firme.
4- La construcción volvió a los niveles previos
Uno de los sectores insignia de la economía argentina es la construcción. Éste no sólo es un sector dinamizador del ciclo económico y un motor económico que arrastra a otros sectores que dependen de él, sino también una fuente muy importante de empleo.
La construcción, producto de las restricciones que impuso la pandemia llegó a caer un 80% durante el mes de abril. Sin embargo, aquí también volvemos a notar una vigorosa recuperación en V desde entonces. Los valores de la serie ya se ubican en los niveles previos (sacando los valores estacionales del verano, en los que se suele construir poco), mientras que la variación interanual nos indica que ya se está construyendo a valores superiores a los del año anterior. De nuevo, con la construcción ya en niveles positivos, es difícil negar que la recuperación no sea un hecho categórico.
5- La dinámica inflacionaria se desacelera
Al comenzar la cuarentena, cuando todo era sombrío y preocupante, una de las variables que mayor alarma causó fue la inflación. Como inicialmente la brecha fiscal se disparó a niveles muy altos, tal cual señalamos, la única forma de cubrir esos recursos por parte del Gobierno fue a través de la emisión. De esta manera, los más ortodoxos y agoreros del desastre no temblaron en certificar que la dinámica inflacionaria sería inmanejable, e incluso juraron que irrumpiría una hiperinflación en breve.
A pesar de que el coro de hecatomberos no paró de hacer pronósticos apocalípticos, lo cierto es que desde hace ocho meses que la inflación se viene desacelerando de forma ininterrumpida. Tal vez para muchos economistas resulte tentador ser profetas del caos para ir la TV y generar miedo, no obstante ello hasta ahora la realidad viene desmintiendo todas esas afirmaciones. Lo cual señala que las mejoras económicas también se expresan en la dinámica de precios.
En 2020 el acumulado de la suba inflacionaria durante los 7 primeros meses del año fue del 15,8%, lo cual hace que muchos funcionarios del Gobierno se entusiasmen en que no logrará superar el 30% anual.
6- Las producción automotriz recuperó los valores del año previo
Si queremos evaluar el nivel de actividad económica no podemos dejar de lado a la industria automotriz, ya que en ella se anudan elementos centrales de la economía. Por empezar, porque muchos sectores dependen de ella, como además no sólo su producción se destina al mercado interno (ligada al consumo, la actividad y los salarios) sino que también gran parte se exporta.
El sector automotriz fue uno de los que más sufrió la cuarentena, al caer su producción a cero durante el mes de abril. No obstante, ha sido otro de los grandes sectores en mostrar una vigorosa recuperación en V, al punto en que el nivel de producción del mes de julio de este año ya alcanzó prácticamente los mismos valores del mes de julio del año pasado.
En conclusión, si bien la foto de la situación actual es mala, al analizar la dinámica vemos que existen mejoras en todos los sectores claves de la economía. Donde el nivel general de actividad, la dinámica fiscal, la producción industrial, la construcción, los indicadores bursátiles, la inflación y la producción automotriz nos señalan claramente que la recuperación ya está operando en nuestro país a toda máquina, y que incluso su tendencia es más que prometedora. Ojalá entonces las variables sigan evolucionando favorablemente y que todos podamos estar día a día un poco mejor.
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* Economista. Doctor en Ciencias Sociales (UBA/UNDAV/Conicet). Autor del libro Las crisis económicas argentinas. De Mitre a Macri.
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