1/27/2021

el rey esta desnudo ( nadie hablará) ...


 

 Nadie hablará de déficit fiscal ni contará las escuelas que pueden construirse con esos fondos. Clarín fue, otra vez, el más beneficiado con la pauta oficial.


Por Enrique de la Calle

Nadie hablará de déficit fiscal, subsidios ni, mucho menos, "planes sociales". Esas palabras solo valen para las políticas públicas que se destinan a los sectores más vulnerables de la sociedad. En cambio, cuando los fondos viajan desde el Estado hacia los ricos, la historia es bien diferente.

El caso de Clarín es ya paradigmático. Desde hace décadas, la empresa conducida por el oscuro Héctor Magnetto (se lo acusó por sus vínculos con el genocidio de la última dictadura) recibe todo tipo de subsidios estatales. El año pasado, el multimedios recibió 625 millones de pesos en pauta oficial. ¿Qué sería de la meritocracia empresarial sin esos fondos?

Según una investigación de los periodistas Santiago Marino y Agustín Espada, el gobierno de Alberto Fernández mantuvo al Grupo Clarín en la cima de la lista de medios que más pauta recibieron durante el año pasado. La cifra alcanza los $625 millones.

La segunda posición global le correspondió al Grupo Indalo (C5N, Radio 10, Pop, Ámbito Financiero, Minuto Uno, entre otros) con poco menos de la mitad de lo captado por el Grupo Clarín. El top 5 de los más beneficiados se completó con el Grupo América (La Red, América TV, Supercanal, Uno), Octubre (La 750, Página 12, IPTV y, recientemente, Canal 9, entre otros) y VIACOM, la empresa estadounidense que aparece en un lugar de privilegio dado que su activo relevante en la Argentina es el canal Telefe.

El caso del millonario subsidio a Clarín es todavía más cuestionable si se considera que el Estado está financiando a un medio que reconoció haber hecho (¿ya terminó?) "periodismo de guerra" contra, al menos, un gobierno elegido democráticamente. Mentir parece ser un gran negocio.

Cuadro: la pauta oficial en números


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CARTA ABIERTA AL GENERAL PERÓN

Buenos Aires, 4 de octubre de 1971.
Estimado General:

He considerado conveniente y necesario, publicar este carta al tiempo que se la hago llegar. En este octubre del Che del aniversario de la gran revolución proletaria, de la gesta de la clase obrera argentina, aunque sea simbólicamente, abandonemos los confusos pasadizos, los interminables vericuetos en que todas las cartas se entrecruzan, todas las líneas, todas las respuestas, y finalmente solo el enemigo sale ganancioso de nuestras supuestas genialidades tácticas o estratégicas. Aquí pasa como con el cuento del rey que se paseaba desnudo. Todos lo veían pero nadie se animaba a decirlo. Bien por el contrario, multiplicaban las adulaciones sobre la belleza de sus vestiduras. Hasta que un muchacho dijo: el rey está desnudo. El solo constató un hecho objetivo que los cortesanos, cada cual por intereses diversos o respectivos, callaban.

Nadie discute su liderazgo. No soy yo una catecúmena que necesita empezar a recitar el versito con abundante incienso. Las direcciones políticas del movimiento son designadas por Ud. En un período caótico de la dictadura militar, Lanusse se instala en el poder imponiendo con fuerza su condición de jefe del Ejercito, pero sacando de la manga una carta con la cual ninguno de sus colegas contaba en ese período, la cual era un esquema y negociaciones, una base de negociación pare encontrar una salida «política» al desastre de la administración durante los 5 años. 

Por las características de esa base de negociación, los negociadores —los dirigentes de La Hora del Pueblo— como comenzaron a probarlo inmediatamente y como no dejaron de demostrarlo en forma ininterrumpida, estaban dispuestos a avenirse con docilidad de absolutos integrados al sistema y a la voluntad presidencial al esquema que él, a su vez pudiera y quisiera negociar con las FF.AA. El eje de La Hora del Pueblo es el peronismo, re-presentado por el Secretario General del movimiento, Sr. Paladino, delegado personal suyo, además. Paladino, hasta la fecha no ha sido desautorizado por Ud. ni en el hecho mismo de la relación con la dictadura, así como en sus métodos de negociación, ni el Consejo Superior que Integra, en la conducción Interna del movimiento. Excluir al general Perón, entonces, de las tramitaciones políticas del periodo actual seria tan tonto como negar el edificio de veinte pisos que estoy viendo a través de mi ventana, No porque lo niegue deja de existir.

La distancia, y una tan enorme distancia, la distancia en el tiempo, la imposibilidad de la convivencia, con su pueblo, las características del mundo político en un país como España, los infinitos e ingeniosos ardides del enemigo, y toda su circunstancialidad hacen no difícil, sino imposible que Ud. pueda tener una visión exacta del proceso nacional, salvo, en sus líneas fundamentales. Esto lo comprendemos pues no somos adoradores de fetiches, sino militantes que accionamos dentro de una realidad difícil pero rica. Pero creemos que esas no son razones ni suficientes ni atendibles para convalidar en nombre de una lealtad que es auténtica si es revolucionaria y que se transforme en una trampa mortal para el pueblo si es la careta de los sectores burgueses del movimiento, para computar como acertada, más aún, para explicar en nombre de una nueva ortodoxia pseudo revolucionaria una línea política que transforma a un gran movimiento de liberación en la base de maniobra de déspotas que sirven muy consecuentemente a los intereses imperiales y a los intereses oligárquicos-burgueses. No estoy hablando desde posiciones «vanguardistas», como un malentendido neopopulismo con fraseología socialista que surge en algunos sectores del peronismo, califica, intentando sembrar un nuevo terrorismo ideológico que sustituya al periclitado macartismo. Ni mucho menos. 

El hombre y la mujer de calle, el peronista de base, esa masa a la cual se intenta domesticar en el comité, siente y expresa que no algo, sino mucho, está podrido en Dinamarca, tiene bien claro el panorama y el precio del GAN y opina que los dirigentes están todos «entongados».

Esto se camina, se palpa, se vive por la calle. Del Jefe del movimiento esperan, claro está, una jugada salvadora, pero también tienen clara conciencia de que con las actuales direcciones le resultará, cada vez mas difícil intentar jugada alguna independiente.

El enemigo está en las «líneas interiores» y el peronismo no tiene, no digamos, una dirección revolucionaria. No tiene siquiera una dirección independiente. Su dirección acciona disciplinadamente dentro del cuadro estratégico del Sr. Lanusse. 

Lanusse, Mor Roig, pandilla de asesinos/se quitaron la careta que les puso Paladino.

Esto no lo cantan los «vanguardistas» considerados como algo divorciado del pueblo. Esto lo cantan hasta enronquecerse los que luchan, y en cada acto combativo de las bases a las que tan vagamente se apela para embretarlas.

Cuando cayó el gobierno peronista, sin movilizar a una masa inmensa dispuesta a combatir bajo la dirección de su Líder, cuando surgió después de la inmediata defección de toda la burocracia —salvo limitadas excepciones— un movimiento espontáneo y combativo, el de la resistencia, los activistas heroicos de la lucha frontal contra el gorilismo levantaban como bandera unificadora y estandarte a Perón y a Eva Perón, visualizaban como enemigo fundamental al gorila, representante del imperialismo y la oligarquía, represor y torturador, y corno enemigo secundario, pero a pocos pasos del primero, a la burocracia que frenó el proceso revolucionario, que no combatió, que no lo organizó, que traicionó los intereses de su clase, aunque a la postre cayera abatida por el odio indiscriminado de los simios enloquecidos. Se ha luchado en el país y en el peronismo en estos 16 años, pero, nuevamente, en un recodo crítico del proceso el cuadro es similar. La diferencia consiste en que la burocracia, perfectamente aceptada ahora milita en las filas del enemigo, decapita a los combatientes de la liberación, se maneja como capataza de los opresores de su Patria y del pueblo.

El partido comunista chino comienza con un puñado de cincuenta militantes. Veinticinco años después está en el poder, en el país más poblado de la tierra, ganando masa en la guerra del pueblo, avanzando por caminos nuevos, a través de sacrificios impensables, no despreciando ningún método táctico dentro de la global concepción de la guerra del pueblo. Pero los comandantes de Mao en el transcurso de la guerra no estaban pasados al bando de Chang Kai Shek o de los señores de la guerra ni desde allí minaban las bases de apoyo de la resistencia china contra los déspotas para servilizarla y transformarla en un vacío para los combatientes, en la fortaleza concientizada de defensa a los lacayos del imperialismo. Eso hicieron los chinos en 25 años, pero nosotros estamos —no nos equivocamos—, en conjunto, peor que el primer día. La burocracia sindical ha crecido elefantiásicamente y su integración es sólida. Las direcciones políticas están en manos de los sectores burgueses integrados, proimperialistas-traidores al movimiento de liberación. 

Esos son los que negocian. Y negocian la estabilidad del Sr. Lanusse y del sistema a cambio de sus pequeñas porquerías. El peronismo, en su conjunto ni jaquea ni siquiera levanta ya ninguna bandera de lucha, las banderas de su victoria en el 45, cuando arrasó frente a un encanallamiento parecido. Los sátrapas negociaron sobre los cadáveres de los combatientes, sobre los despidos de los obreros combativos, sobre la cárcel de los activistas peligrosos, sobre la tortura, el exterminio, el país con bandera de remate, con los jefes y pentagonales y probrasileros desnacionalizando en estos 5 años el poco patrimonio nacional que quedaba. Las estadísticas cantan claro, sin duda alguna Ud. las conoce. Están pegadas en los muros de la Ciudad de Buenos Aires y de otras ciudades. El país entero las conoce. Pero los economistas del peronismo de la dirección oficial se reúnen con el Sr. Lanusse para aconsejarlo a lograr dentro del sistema alguna medida efectista para que el señor Manrique y la plana mayor de corrompidos y agentes de la CIA mejor orquesten el Gran Engaño para lograr la pasividad del pueblo y los votos peronistas para el candidato que las que las FF.AA. armadas acepten. Por ahora Lanusse. Más adelante veremos cual adelante veremos cuál.

Comparar el GAN y la Hora del Pueblo, que son dos caras de la misma moneda con las negociaciones de los vietnamitas en Paris constituye una burla grosera y una falta ele-mental de lógica. Seamos justos, el Sr. Paladino es hombre de Lanusse, y sabe lo que hace y cómo lo hace, pero se comporta servil y silenciosamente. No tiene el descaro o la ingenuidad de salir a predicar la buena nueva al peronismo revolucionario.

Si insistimos en no hacer un análisis de clase del movimiento es inútil que hablemos de socialismo, nacional o extranjero, de latinoamericanismo y de revoluciones hermanas. Esas son bellas palabras de estímulo para los combatientes, pero las direcciones están en manos –férreamente— de los defensores de los privilegios y del statu quo dentro del movimiento. Con el agravante que señalamos al comienzo: esas direcciones son designadas y respaldadas por el Jefe del movimiento, que, de cualquier manera les otorga el consenso suficiente como para traficar con el pueblo con los intereses nacionales.

A este, altura del proceso, un movimiento de liberación nacional y social como el peronismo, puede autodeterminarse socialista o no, puede exhibir una vez por año o no un programa de liberación, puede apelar o no verbalmente a la fuerza de su número. Todo esto es un mundo de mascarada vacía. Lo que no puede es tener una dirección identificada con el sistema y con el régimen, a los cuales sirve jugando el papel, de oposición, inclusive de la oposición más respetuosa.

Estos ávidos payasos que hoy lo representan y trafican son las misma cosa que aquellos payasos que con Braden se fueron tras el chequecito y a quienes Ud. con el pueblo venció en epopeya memorable para América Latina. Pero ahora lo representan a Ud. ahora están al frente del movimiento que históricamente constituye la base más sólida para la revolución, manejan los sindicatos integrados al estilo amarillo, confraternizan con los cuerpos represivos, SELLAN JUNTO CON LA ENTREGA DEL PAÍS EL EXTERMINIO DE LOS COMBATIENTES A QUIENES POR OTRO LADO SE INCITA AL COMBATE.

Oprimidos y opresores, explotadores y explotados, revolucionarios e imperialistas combaten en combates desiguales en todo el país, en toda América, en todo el mundo. Combaten los mismos combates desiguales en el seno del movimiento. Pero los opresores, los explotadores, los proimperialistas conservan la suma de las direcciones respaldados férreamente por los generales, brigadieres y almirantes pentagonales, y, naturalmente a los ratoncillos de los pequeños partidos liberales, en marco tan colosal los arrastraron a su juego. He aquí LA CONFERENCIA DE PARIS. He aquí el problema clave del movimiento. Los enemigos de clase al timón, en la integración, cuando avancen en el tinglado electoral –si es que se llega— la represión y la entrega la encabezaran ellos ya desembozadamente. La experiencia del parlamento peronista en época de ILLIA y de las cuatro o cinco gobernaciones fue bien ilustrativa, y ahora la lucha está profundizada.

Las banderas revolucionarias, enriquecidas par la experiencia cubana y latinoamericana más la lucha porfiada de las masas, más la consecuencia de militantes revolucionarios —muy pocos en un comienzo— ayudan a parir este fenómeno que salva al peronismo del destino del APRA y del MNR, el peronismo revolucionario. 

No es verdad que haya un solo peronismo. Hay un peronismo integrado, burgués, proimperialista, minoritario pero con la fuerza de los aparatos integrados al sistema. Hay un peronismo revolucionario, en desarrollo, al cual se suman nuevas generaciones de muchachos y muchachas que se acercan al movimiento por su identificación fundamental con la lucha del movimiento obrero, contra el sistema y contra sus burocracias.

Los peronistas bien que querríamos que Ud. perteneciera a la raza de los inmortales. Pero no siendo así es presumible el destino del movimiento a su muerte, con direcciones en manos del enemigo. Un peronismo revolucionario acelera rápidamente el proceso de liberación en el país y la Argentina liberada es la única garantía real, por ahora para los países del Cono Sur que luchan con avances y trágicos retrocesos como Bolivia, por idéntica causa. No solo se traiciona con estas direcciones a la revolución argentina, se traiciona también a la revolución latinoamericana. Y esto no es ningún lirismo. Preguntémosle a los bolivianos, a los chilenos, a los peruanos, a los uruguayos. Preguntémosle a todos ellos y a nosotros mismos quién puede poner coto y enfrentar al país-imperial que avanza arrolladoramente, Brasil, quien puede ser la base para la liberación de ese pueblo cautivo, sino nosotros transformados en poder popular y revolucionario.

¿Qué tiene que ver todo esto, que es nuestra auténtica realidad con el mundo corrupto servil o estúpido en que se mueven las direcciones burocráticas? ¿Qué tiene que ver un peronismo revolucionario con los lacayos del imperialismo que son los titulares del movimiento? El nuestro es un movimiento acostumbrado a la represión y a la complicidad de las direcciones que se iban zafando de la misma, pero en el proceso de integración acelerada, la dictadura que gobierna a nuestros burócratas ha pasado —con la absoluta aquiescencia de la dirección— una raya por el movimiento y por el país: los marginados, los revolucionarios, y los integrados o integrables. La represión del lanussismo es absolutamente incomparable por su discriminación clara y por su ferocidad sin par con ninguna otra anterior. ¿Puede en estas condiciones el delegado del general Perón seguir conversando con los torturadores y asesinos de la mejor juventud argentina?

¿Qué nombre mereceremos si no exigimos mínimamente para continuar hablando de una legalización electoral que bien sabemos es utópica, si mínimamente no exigimos el cese de la represión y una amnistía general, total, absoluta y el desmontaje del aparato de tortura y represión? ¿Qué nombre mereceremos?

La moral revolucionaria no es todo. Con ella solamente no se hace la revolución, pero sin moral revolucionaria no hay revolución, y, en coyunturas como la actual no habrá sino la destrucción del movimiento de masas más importante de América Latina. Pensaba transcribirle unos párrafos de las declaraciones del Embajador Rojas Silveyra hace algunos años sobre Ud. y sus planes respecto de Ud. Son muy interesantes. Pero lo haré en mi próximo artículo. Lo amenazaba con la muerte si pisaba la Argentina. Y de ello no hace tantos años.

Creo que se ha avanzado demasiado en el error, pero no tanto como para que sea irreversible, pues el país, paralelamente, no ha conocido otro período de tan altas posibilidades revolucionarias. En sus manos está acelerar el proceso revolucionario en el país y en el Continente o troncarlo y desviarlo y multiplicar sus dificultades. Es una responsabilidad y un privilegio muy grande. Si el general Perón hace limpieza, el peronismo, ahora más que nunca lo seguirá y al peronismo toda la juventud revolucionaria del país, todos los actores progresistas, antiimperialistas, prosocialistas. Considere, General que mi lealtad, que jamás ha sido enturbiada, es la lealtad a la revolución. Por ella combatirá un pueblo. Todos nosotros tenemos un deber irrevocable que cumplir, y deseamos cumplirlo dentro del peronismo. Lo saluda cordialmente


Alicia Eguren
4 de octubre de 1971





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que densa la mina. Ilegible.

Anónimo dijo...

Doble Dosis.
Cada vez entiendo menos ... / ... Cada vez entiendo más.
(Gracias, Artemio !)