Para evaluar el impacto del proceso
inflacionario en el poder adquisitivo del salario
se consideró la remuneración normal y
permanente de los trabajadores registrados del
sector privado (excluyendo aguinaldo y otros
conceptos estacionales o adicionales).
Se cuenta con información sobre salarios
hasta diciembre de 2015 y puede suponerse
que, para la mayor parte de los asalariados, la
remuneración estuvo congelada durante el
primer trimestre del año, dado que la mayoría
de los acuerdos paritarios se suelen cerrar con
posterioridad a esa fecha.
Bajo estos supuestos, se advierte que los
elevados aumentos de precios tendieron a
erosionar el poder adquisitivo del salario
durante los primeros 4 meses del nuevo
gobierno: caída del 12,1% entre noviembre de
2015 y marzo de 2016. Se trata de un aspecto clave para la nueva
política económica dado que, en su
concepción, existe sobreexpansión del
consumo y por lo tanto se deben reducir los
salarios reales y el nivel de empleo. Sus
resultados dependerán de las relaciones de
fuerza y la activación de las organizaciones
sindicales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario