La inflación de abril
superaría el 5 por ciento por el impacto del ajuste tarifario en los servicios
públicos y el transporte implementado por el gobierno, y sería "el
mayor" aumento en un mes "desde la salida de la
Convertibilidad", según proyecciones de consultoras privadas.
Así surge de las
estimaciones que figuran en los últimos informes dados a conocer por las
consultoras Ecolatina y Economía & Regiones. Ambos análisis coinciden en
que el ritmo de inflación se desaceleraría durante el segundo semestre del año.
Ecolatina estimó que
"incrementos promedio en la tarifa de agua y gas y de transporte público
sumarán cerca de 4 puntos porcentuales a la inflación de este mes, que no será
menor al 5,5 por ciento". "Es probable que el
alza de precios de abril sea el mayor desde la salida de la
Convertibilidad", auguró.
De acuerdo a sus
estimaciones, por el impacto de esas medidas el primer trimestre "cerró
con una inflación de 11,6 por ciento".
"No creemos que ni la
recesión ni la estabilidad cambiaria logren reducir el aumento de precios para
converger a la pauta oficial del 20-25 por ciento en 2016", señaló la
consultora.
Según el análisis, "es
probable que a mediados de año la etapa de corrección de precios haya sido
superada, dando lugar a un período que esperamos sea de desaceleración en el
ritmo de inflación mensual" pero "es claro que la pérdida de ingresos
reales que las familias sufrieron en los últimos meses no será revertida en el
corto plazo".
En ese marco, Ecolatina
proyectó "que en 2016 la inflación alcanzará valores cercanos al 36 por
ciento".
Por su parte, E&R prevé
que la inflación general de abril "tendría un piso de 5,2 por ciento,
aunque también podría ser algo superior". "En la Argentina de hoy en
día inflación e incremento del Indice de Precios al Consumidor (IPC) no son lo
mismo. La inflación es el aumento permanente y sostenido del nivel general de
precios. Por el contrario, los actuales incrementos del IPC están 'maxi inflados'
por subas 'one shot' de algunos pocos precios puntuales, que en realidad son un
ajuste de precios relativos demorado hace muchos años", explicó. En este
escenario, la consultora que fundó hace años el ministro del Interior, Rogelio
Frigerio, consideró que "una correcta medición de la inflación exige
prestar atención a la inflación núcleo (core), que no tiene en cuenta ni los
precios administrados (tarifas servicios públicos y combustibles), ni los
bienes estacionales (frutas y verduras).
"La inflación núcleo
viene reduciéndose sostenidamente desde 2,8 por ciento (enero) a 2,2 por ciento
(febrero) y 1,8 por ciento (marzo)" mientras que "los precios
administrados y estacionales se han acelerado de 0,4 por ciento (enero); 2,2
por ciento (febrero) y 2,6 por ciento (marzo)", calculó. Así, según las
proyecciones de E&R, "el ajuste de tarifas (y nafta) de abril
impactaría subiendo los precios administrados y estacionales (+3,8 por ciento).
"Si la inflación núcleo siguiera su tendencia declinante y bajara a 1,4
por ciento en abril, la inflación general tendría un piso de 5,2 por ciento;
aunque también podría ser algo superior", estimó la consultora.
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