7/13/2012

la reindustrialización en la post convertibilidad, mito o realidad ?



La recuperación del empleo acontecida en el lapso comprendido entre los años 2003 y 2012 logró bajar a menos de un tercio la tasa de desempleo abierto ocurrida tras la crisis neoliberal del año 2001. 

Lo mismo sucedió con el trabajo informal que descendió 20 puntos en igual lapso. Sin embargo persisten tasas de alta informalidad en torno al 35% de la PEA asalariada y los niveles salariales muestran un notable achatamiento a punto que oficialmente se informó que el 81% de los asalariados no pagan ganancias por percibir ingresos por debajo ( en promedio) de los U$S 1.500 mensuales, mientras una canasta de pobreza para un hogar tipo metropolitano supone hoy U$S 500 mensuales ( los comunes, no los blus). 

Esta circunstancia de penuria salarial e informalidad laboral persistente, explica porqué con apenas 7% de desempleo y sin planes sociales , la estructura productiva nacional funciona con un régimen de 25% de pobreza , pobreza por ingresos que con los planes transfiriendo ingresos cae a 16% y una brecha entre el 10% más rico y más pobre de perceptores de ingresos de 17 veces , que sin planes se estira a 25 veces.

A su vez una de las experiencias iniciada a mediados de los años setenta a sangre y fuego con la dictadura y profundizada en los años 90 , que explican el deterioro de salarios , el aumento de la informalidad laboral y la inequidad distributiva , es el desembarco neoliberal y el cambio del modelo de acumulación.

Para instaurar el nuevo modelo neoliberal hubieron, entre otras pràcticas del terrorismo estatal , la clausura de la actividad gremial, eliminación de paritarias , alta inflación, tablita cambiaria, endeudamiento externo galopante  y promoción de la desindustrialización vía apertura económica salvaje  que destruyó paulatinamente la industria sustitutiva para  instaurar en su reemplazo el modelo de valorización financiera.


Para observar cuánto de este ciclo desindustrialización se revirtió en la post convertibilidad y hasta dónde hubieron cambios sustanciales en la matriz productiva en orden a un mayor nivel de industrialización, en el notable documento de trabajo de Belloni y Wainer que estamos comentando desde ayer , se analizan las exportaciones argentinas, su evolución y composición en el lapso 2003-2010, lo que permite extraer algunas conclusiones sobre los nieveles de reindustrialización realmente observados en la post convertibilidad. 

Leemos a Belloni y Wainer? Cómo que no!
 
Características generales de las exportaciones argentinas

Si bien se destacan algunas variaciones significativas en el período actual respecto al precedente, también se registran ciertas continuidades. Entre los cambios se destaca la pérdida de incidencia del rubro combustibles y energía en la canasta exportadora del país, lo que revierte la tendencia creciente observada a lo largo de la segunda mitad de la década de 1990.

En efecto, se verifica un freno importante de las exportaciones de combustibles y energía a partir del año 2007, el cual se debió, principalmente, a la reducción de los saldos exportables como consecuencia de una menor capacidad productiva producto de la bajas inversiones y el agotamiento de las reservas de recursos convencionales en el sector y el fuerte incremento de la demanda interna a raíz de los altos niveles de crecimiento de la economía doméstica. 

Este creciente consumo de energía fue cubierto con crecientes importaciones, especialmente gas de Bolivia y fuel oil de Venezuela. De hecho, la contracción de las exportaciones de energía y combustibles no fue mayor aún gracias al incremento de los precios a nivel internacional; es decir, el alza de los precios minimizó de alguna manera la fuerte baja en las cantidades exportadas.

Por otra parte, tal como pudo observarse en el Gráfico de apertura , como consecuencia de un significativo ritmo de crecimiento entre 2003 y 2008 (17% anual acumulativo) y una mayor recuperación en 2010, las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) incrementaron su participación en la canasta exportadora. 

Esta evolución estuvo muy influida por el desempeño exportador de la industria automotriz, la cual incrementó significativamente sus ventas al exterior a partir de los acuerdos comerciales alcanzados con Brasil y, en menor medida, México. De esta manera, las MOI llegaron a ser el rubro de mayor participación relativa en el último año considerado, desplazando al segundo lugar a las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), las cuales redujeron su participación respecto al promedio de la década anterior aunque, no obstante, siguen representando un tercio del total.

Por el contrario, no varió significativamente la participación de las exportaciones de productos primarios (21% promedio en la posconvertibilidad frente al 23% en los años 90’). En realidad, la evolución de las exportaciones de productos primarios durante la posconvertibilidad fue bastante menos favorable que las de productos manufacturados hasta 2006, pero a partir de allí las primeras dan un salto importante .

En este caso, dicho incremento se debió principalmente al exponencial crecimiento de los precios de los bienes agropecuarios y de los minerales en el mercado mundial y, en menor medida, al incremento de la producción23. La abrupta caída en 2009 (-43%) se debió tanto a la caída en las cotizaciones de estos bienes como consecuencia de la crisis internacional como a la severa sequía que padeció la principal región (pampeana) productora de cereales y oleaginosas.

Si bien el alza –y la contracción– de los precios internacionales también impactó en las exportaciones de manufacturas, lo hizo de manera más heterogénea. En primer lugar, debeconsiderarse que buena parte de las exportaciones argentinas de manufacturas de origen industrial son productos indiferenciados (commodities) y, por lo tanto, sus precios son fijados a nivel internacional. En segundo lugar, el impacto del efecto precio fue mayor en las MOA que en las MOI, entre las cuales fue más determinante el incremento de las cantidades exportadas (CENDA, 2010; Tavosnanska y Herrera, 2011).

A su vez, como se mencionó, buena parte del impulso a las exportaciones MOI se debió al incremento de las ventas de uno de los sectores cuyo saldo comercial representa uno de los más negativos de la economía: vehículos automotores. La mayor parte del resto de las exportaciones industriales se vieron favorecidas por el alza en los precios de los commodities industriales, especialmente en acero, aluminio y plásticos. La industria siderúrgica, por su parte, amplió y concentró su capacidad productiva –aprovechando la coyuntura de buenos precios internacionales– para aumentar su penetración en el mercado norteamericano (Bianco, Porta, y Vismara, 2007).

Pareciera ser que, haciendo abstracción del tema precios internacionales, el “modelo de dólar alto” efectivamente incentivó las exportaciones de manufacturas de origen industrial.

Sin embargo, cabe señalar algunas cuestiones al respecto

  • El 65% de las exportaciones de bienes en 2010 seguía correspondiendo a bienes primarios y/o manufacturas basadas en el aprovechamiento de los recursos naturales (ventajas comparativas estáticas).
  • Sólo cinco ramas (agroindustria, automotriz, refinación de petróleo, productos y sustancias químicas y metales comunes) concentran más del 83% de las exportaciones industriales, de las cuales –como se mostrará en la siguiente Sección, en donde se analiza el saldo comercial del sector industrial– dos son ampliamente deficitarias en su comercio exterior (automotriz y sustancias y productos químicos).
  • A pesar del incremento de las exportaciones MOI, este rubro sigue siendo por lejos el más deficitario del balance comercial (-26.000 millones en 2008), déficit que es cubierto fundamentalmente con las exportaciones de MOA y de productos primarios.
  • Del 35% de las exportaciones que corresponden a bienes de origen industrial, la mayor parte corresponde a la producción de commodities (acero, aluminio, sustancias químicas), es decir, la Argentina es mayormente tomadora de precios y no compite a través de la diferenciación de productos. Asimismo, las exportaciones de este tipo de bienes están altamente concentradas en un conjunto reducido de grandes empresas entre las cuales predominan ampliamente las de capital extranjero.

En definitiva, no cabe duda que el nuevo “modelo” fue más favorable para la exportación de manufacturas de origen industrial que el régimen de convertibilidad, aunque el tipo de cambio alto como elemento casi excluyente de la política económica no alcanzó para modificar significativamente la composición de la canasta exportadora del país.

Estos resultados son compatibles con los obtenidos por un conjunto de investigaciones que concluyen que no hubo un cambio estructural en la industria argentina (Azpiazu y Schorr, 2010a y 2011; Fernández Bugna y Porta, 2008).

Inclusive las pocas políticas de promoción al sector industrial tuvieron como destinatarios justamente a los actores previamente consolidados, mayormente vinculados con la producción de insumos difundidos y la armaduría automotriz; favoreciendo así la concentración económica y tornándose en beneficios redundantes dado que son sectores que de todos modos se hubieran expandido tras la mejora en la competitividad producida con la devaluación de la moneda (Azpiazu, 2008).

1 comentario:

Unknown dijo...

En primer lugar gracias. Ya está conmigo.
Pero no puedo dejar de espetarte el carácter provocador de tu ilustración de ayer (12/07).
EL GRAN MARISCAL DE LA ARSJ, sonrizo gardeliano, haciendo mierda el pastito de la residencia con el JUSTICIALISTADORADO.

Típica puñalada trosco-peronista que tb se agradece.